Después de grandes lluvias preferimos partir a un cerro más pequeño por la gran cantidad de nieve que podría haber en un cerro más alto. El Alto Huechún nos tocó con mucho barro al principio y en la parte alta completamente cubierto por neblina, así que llegamos a la cumbre navegando con instrumentos. Desde la cumbre queríamos ver el tranque de relaves, pero no vimos nada. Por suerte al bajar se despejó un poco y pudimos ver algo hacia el Norte. Había una cantidad impresionante (más de 20) de cóndores. La pared norte del cerro, en parte, está blanca por las condoreras que hay ahí. A pesar de ser un cerro que está en una zona muy intervenida, ha logrado preservar su ecosistema y si se despeja, tiene muy buenas vistas.