Con algo de curiosidad partimos a las termas del Plomo con la idea de ascender el cerro Puente Alto y en caso de encontrarlo, ascender el desconocido Pastén, sobre el cual había informaciones confusas. Acampamos a los pies del sigzag que sube al Paso Piuquenes y desde ahí subimos sin problemas al Puente Alto. Sin estar seguros de cuál era la cumbre del Pastén, continuamos hacia al Sur descendiendo desde el Puente Alto y cruzando hacia un filo siguiendo las huellas de los guanacos. Así llegamos a una primera cumbre que no era el Pastén. Desde ahí nos devolvimos hacia el Oeste donde había un grupo de 3 cumbres. La de más al Sur demostró ser la más alta, según el GPS y para nuestra sorpresa y emoción, en ella encontramos el testimonio dejado ahí por Evelio Echevarría en 1997 en el que cuenta la historia de Mario Pastén y las razones que tuvo para bautizar el cerro con su nombre. Al parecer, el nuestro fue el segundo ascenso del cerro. El primero, lo hizo Evelio cuando tenía 71 años. ¡Qué ejemplo!