En el camino de vuelta a Santiago pasamos a subir este cerrito. Encontramos el acceso por un camino por el campo en El Sobrante. Desde ahí seguimos el camino de las torres de alta tensión hasta un portezuelo y de ahí a la cumbre. Como nos habían dicho, la cumbre está llena de petroglifos, la cantidad que hay es increíble, pero lamentablemente algunos de ellos están vandalizados y algunos rayados. Es increíble que un lugar como éste no cuente con algún grado de protección.