Después de 6 años volvimos a este lugar, pero por otra ruta. A pesar del poco atractivo nombre se trata de un lugar muy interesante y solitario. Esta vez no sólo no nos encontramos con nadie sino que en el camino tampoco habían casi animales. Desde el estero de los Nucos subimos por la quebrada que viene de las lagunas y bajamos por la quebrada sin nombre que hay más al Sur. Desde las lagunas subimos al portezuelo para echarle una mirada al Sordo Lucas.