Por primera vez Manuel intentó hacer randoné más en serio y fuimos con él hasta el refugio de la Parva Alemana. El sábado estuvo nublado, pero con muy buenas condiciones de nieve así que repetimos la excursión el domingo. El refugio estaba abierto con bastante gente visitándolo desde Yerba Loca. Al volver y tener que subir la ladera desde el refugio con los esquíes tuvimos una pequeña idea de lo que pudo ser la vida acá cuando el refugio funcionaba.