Llegué solo a la cumbre, más tarde lo hizo Jorge. Me costó encontrar la verdadera cumbre así que recorrí todo el filo buscando el punto más alto. La que según mi GPS era la cumbre era una punta pequeña sobre la que puse mi mano porque no me pude parar en ella. Seguí huellas de guanaco para subir por los acarreos. No encontré testimonios de ascensos anteriores. Se supone que éste fue el tercer ascenso absoluto. El primero fue por socios del DAV en 1939.