Concebida como una salida invernal, nos acompañaron altas temperaturas. Mientras Santiago estaba bajo una densa capa de nubes, nosotros en la altura, ascendíamos bajo un cielo azul y sol radiante. Al final del día, en una ladera exposición sur, tuvimos nieve suficiente para construir terraplenes para armar las carpas y un nicho para los “vivaqueadores”.La jornada siguiente, el objetivo era lograr el filo final para dirigirnos luego en dirección sur hasta el punto donde comienza el descenso hacia el centro invernal Lagunillas. En la ruta nos encontramos tramos con niebla y escasa visibilidad y otros con cielo despejado. Los paisajes inmejorables y un grupo excelente y ameno. Antes del regreso a Santiago, recuperamos energías en el Refugio Suizo con unas buenas chorrillanas y truchas a la mantequilla.