Objetivo: Visitar esta sierra (De Ramón) y maravillarnos con sus cambios, sirve para reconocernos en un terreno más dinámico y más exigente.

Un clásico de la Sierra de Ramón en Santiago de Chile, está ubicado en el sector oriente de la capital, para algunos se podría decir que es el patio trasero de la casa por su fácil y variados accesos, lo que lo hace un cerro muy visitado en toda época del año. Nos juntamos a las 8 Am entrando esta vez por Alto Macul, al final de una calle llamada Nueva Maria Angélica, dejamos el auto, nos preparamos y le dimos. Era un camino muy amable al principio hasta que a los 10 minutos aproximadamente nos encontramos con un estero de un cauce bastante mayor que el habitual, lo cual nos obligó a sacarnos los bototos para cruzarlo. Nos tomó 1 hora en estudiar por donde pasar, decidir que hacer, cruzar el estero y luego proceder a reorganizarnos. Hecho esto empezamos la marcha ya conocida pasando por lugares donde se nota hubo derrumbes y también ha habido intervención del hombre con indicadores de madera puestas en la ruta. Pasamos por Agua del Maqui, nos abastecimos y seguimos hasta llegar a Casa de Piedra, descansamos y Any nos comunica que se quedará ahí esperándonos mientras vamos y volvemos de la cumbre. Nos alistamos con Lizet y subimos, ya había habido otros visitantes previos a nosotras que nos dejaron el camino listo. Subimos a buen ritmo sin crampones ni raquetas, estaba agradable la subida en cuanto al clima pero al llegar al filo se puso extremadamente helado lo que nos hizo abrigarnos rápidamente,. Las fotos de rigor y raudas emprendimos la bajada hasta que, nos encontramos con la Any quien nos esperaba pacientemente mientras conversaba con quien se topaba bajando. Renovamos fuerzas y continuamos. Baje con un solo bastón ya que el otro se me extravió, no fue gran cosa hasta cuando llegamos al estero…jjjjjj Por ahí le pedí prestado a la natura un palito para poder cruzar, así que Any y yo nos sacamos los zapatos y cruzamos, tras Any iba Lizet, pero sutilmente se resbaló y sutilmente demasiado se mojó. Suerte andaba con otros zapatos así que pudo liberarse de la incomodidad de seguir bajando con los bototos mojados. En todo caso quedaban solo 10 minutos tampoco seria tanta tortura… jjjjjj el agua estaba heladísima !!!! Mucho más que en la mañana, pero al poco andar teníamos los pies calentitos. Así que felices seguimos bajando hasta que llegamos al auto, nos arreglamos y con cara de haber ido a una batalla le dimos al tercer tiempo con un completo gigante y unas ricas chelitas…