El cerro Alto de Los Leones, de 5380m, se ha destacado por ser la montaña icono del valle del Aconcagua, así como lo es el cerro Morado en El Cajón del Maipo. En febrero del año 1979, luego de haber conseguido la segunda ascensión de la pared sur del Arenas e inspirados por los pioneros que en 1939 lograron la primera absoluta nos aventuramos a escalar su flanco suroeste. Primera y única ascensión de la pared sur oeste del Alto de Los Leones que Alejandro Izquierdo junto con Gino Casassa escalaron en febrero de 1979. «Esta es quizás la pared de mayor desnivel que se ha subido en los Andes centrales y entiendo que hasta ahora no se ha vuelto a repetir esa ruta». Cuarenta años después del primer ascenso al Alto de los Leones, Gino Casassa y Alejandro Izquierdo consiguieron su más difícil Pared Suroeste: Habíamos traído un solo par de crampones y ningún piolet, y cruzando la enorme pendiente de hielo nos dimos cuenta del enorme error cometido. Como consecuencia debimos ir muy lento, asegurándonos mutuamente. El primer paredón de roca era de diez metros, y debimos poner tres clavos. Luego seguimos escalando alternadamente roca-hielo, siempre avanzando de a uno y asegurando al compañero. Finalmente a los 5200m nos topamos con el que había de ser el último paredón. Entretanto se había cubierto con una especie neblina y empezaba a nevar. Buscamos una pasada por la derecha y por la izquierda en forma infructuosa; por todas partes ofrecía defensas formidables. Nos decidimos a atacarlo un poco a la derecha del filo noroeste. Justo debajo había un espléndido lugar para vivaquear: una cueva en la roca. Los primeros seis metros eran extraplomados y para colmo la roca era pésima. En este tramo debimos poner unos diez clavos que entraban escasos centímetros, y emplear escalada artificial, esforzándonos al máximo. Luego seguía una difícil y expuesta escalada libre con verglas, con una pasada en artificial. En total fueron cuarenta metros de escalada extrema. En unas dos horas y medía lo superamos y tras unos acarreos y una canaleta corta llegamos a la cumbre. Eran las cuatro de la tarde y el tiempo se había estropeado totalmente.