En febrero de 1980, Walter Bertsch de Austria y el chileno Gino Casassa lograron el primer ascenso chileno al monte Fitz Roy, y el 22˚ ascenso absoluto de esta montaña, una de las más desafiantes del mundo. Esta emblemática formación geológica de la Patagonia chileno-argentina, con su impresionante pedestal de granito, exige una gran audacia debido a sus paredes verticales y condiciones climáticas extremas. Bertsch y Casassa se conocieron en Santiago, gracias al “fotógrafo de los Andes” Manuel Bazán, tras el regreso de Bertsch de la ruta “chilena” al Aconcagua. La cordada de Casassa, junto a Alejandro (Jano) Izquierdo, y posteriormente Dagoberto Delgado (QEPD) y Germán Macció (QEPD), emprendieron una carrera meteórica en el montañismo, escalando diversas paredes y rutas en primera ascensión en los Andes de Chile central (entre las cuales la pared suroeste del Alto de los Leones), además de ascensiones en las cordilleras de Perú y Antártica. La expedición al Fitz Roy comenzó con un campamento base en el bosque, y luego una cueva de nieve a los 2000 metros de altitud en el “Paso Superior”, glaciar De Los Tres, el 8 de febrero del 80. Durante cuatro días, subieron y bajaron desde 2800 metros, intentando la ruta norteamericana hasta la Brecha de los Italianos junto a Alejandro Izquierdo, quién tuvo que abandonar la expedición. El 20 de febrero, en el 3er intento, tras haber superado las dificultades de la ruta americana, Casassa y Bertsch vivaquearon a 150 metros de la cumbre tras 11 horas de escalada, en el filo somital, enfrentando una noche de tempestad con un mínimo de equipos y alimentos. A pesar de las adversidades, el 21 de febrero, continuaron la escalada y alcanzaron la cumbre a las 10 am. La visibilidad era escasa, pero lograron comprobar su posición y celebraron su éxito antes de descender rápidamente en sucesivos rapeles, llegando al campo base a medianoche. Este logro no solo demostró la valentía y determinación de los escaladores, sino que también marcó un hito en la historia del montañismo chileno, al superar tormentas y desafíos que los antiguos aonikenk (tehuelches) atribuían a espíritus terroríficos del Chaltén (que quiere decir “montaña humeante” en lengua aonikenk por las frecuentes nubes somitales), rebautizado a fines del siglo 19 por Francisco Pascasio (Perito) Moreno como Fitz Roy, en honor al capitán Robert Fitz Roy del barco HMS Beagle, quien avistó la montaña durante el célebre viaje de Charles Darwin.
Gabriela García: gestora y presentadora de diaporamas.
Andrés Vargas: fotógrafo de diaporamas.
Matías Leiva: Editor diaporamas.