Embárcate en un emocionante relato de la expedición al Valle del Río Turbio IV, un auténtico paraíso de la escalada con grandes paredes de granito de más de 1000 metros en la Patagonia norte de Argentina, que Andrea Cáceres, instructora de montaña y escalada ACGM y estudiante guía UIAGM, nos compartirá.
El acceso al valle fue toda una odisea, enfrentando desafíos que incluyeron avance por 38 kilómetros de bosques de quila, vadeo por ríos caudalosos y trabajo de altura en antiguas tirolesas valiéndose para esto de lanchas, tractores, bueyes y caballos, en un esfuerzo logístico importante.
Sin un itinerario definido, durante enero de este 2023, el objetivo principal de Andrea y su cordada fue abrir una nueva ruta en la icónica “Pared de la Oreja”, una misión que ha desafiado a escaladores desde hace décadas.
Durante la expedición, se unieron a José Luis Hartmann “Chiquinho”, mítico escalador y aperturista brasileño que fue pionero en Cochamó. El 2008 visitó por primera vez este valle, y junto a sus compañeros abrieron otra ruta de 12 largos en la pared de la Oreja que llamaron “El Palito”. Andrea y su cordada, ya sin material para equipar, se sumaron a la misión de Chiquinho: limpiar su vía y terminar el doceavo largo que estaba inconcluso.
Para Andrea esto fue una suerte de clase intensiva de papeos de apertura, izado y artificial con este experimentado escalador. “El Palito”, después del trabajo de este trío de escaladores, quedó como un 6c+/11c y su largo cinco estrellas tiene un gran pilar, el famoso palito, que a su derecha forma una fisura en diedro continua por 60 metros.
Hacia los últimos días de la expedición el clima se volvió inestable. Entre lluvias y ventanas cortas de sol, Andrea y Oscar, su cordada, exploraron a pie el valle del Robot y los alrededores del valle del cerro Mariposa, para finalmente regresar en un Seahawk sobre las aguas del río Turbio, a la desembocadura del lago Puelo, donde todo comenzó.
Andrea y Oscar tienen intenciones de volver considerando que ya manejan la logística, tienen contacto con los arrieros y lancheros, dimensionan la comida y equipamiento que deben llevar y así terminar las rutas y desafíos que dejaron inconclusos.